Parva Domus Magna Quies - 2003 -

125 AÑOS DE LA CASA CHICA GRAN REPOSO

Corría sin mucho esfuerzo el año 1878 en el territorio que hoy ocupa la República de la Parva Domus y en sus alrededores. Su descripción sería la de una cuchilla donde cardos y abrojos crecían en amigable consorcio con tréboles y gramilla. Allí existían unos cuartuchos, construidos hacía tantos años que nadie podía recordar, con piso de terrón que formaban deliciosos montículos, que más parecían erupciones, paredes agrietadas, revoques a la miseria y en cuanto a los techos; algunos los tenían y otros no, lo cual evitaba la incomodidad de tener que salir para disfrutar de una noche estrellada. Poca gente visitaba estos lugares y la Farola de Punta Carretas, salvo pescadores y lavanderas las que, en días soleados extendían en el pasto las blancas sábanas para que se secaran. Un hombre, José Achinelli, aborígen o protoparvense del cual devienen todos los parvenses, como lo hubiera catalogado el Prof. Secco Ellauri si de esto hubiera escrito, concurría cada Domingo a pescar en un lugar llamado”Pesquero de los Viejos”, luego de bajarse del tranvía a caballo que hasta allí llegaba, el cual, más de una vez había tenido que ayudar a empujar por haber quedado empantanado, ayudando a los cocheros Juan Cauta y Gregorio de León, según fuera el turno de la mañana o de la noche. Cansado de las quejas de los pasajeros a los cuales quitaba sus galeras, gorras o boinas al mover los avíos de pesca, cansado de ser obligado a llevar su mano y brazo fuera de la ventanilla sosteniendo las cañas y el medio mundo, lo que le daba al tranvía la característica de parecerse a un peregrino con su cayado y cansado de no saber donde colgar su levita y chistera, para poder ser feliz poniéndose una camiseta a rayas muy vieja para hacer juego con un pantalón de una pierna más larga que la otra y un gorro que sabía que no desentonaba con el resto; se enteró por Tomás de Tezanos (el de la calle) que las construcciones que allí estaban las administraba el Sr. Liborio Echevarría, Gerente del Tren del Este y lo alquilaba muy barato. Para descansar de los cansancios anteriores, arrendó el N°. 4 en $3,00 mensuales.

Había nacido lo que sería la Parva Domus. No era más que un lugar para guardar las “cacharpas” y poder cocinar un “pucherete” A varios amigos les interesó la idea , primero fue Dionisio, después Carballo que era Rematador, ; Rius, Curbelo, Rivas Zuchelli, Cordero, Francisco Puyol, dueño de la Patisserie Française en Sarandí y Bacacay (¡que lustre histórico se les está dando!), Justo, Javier y Venancio Fernandez.. Se integró Juan Turenne Despachante de Aduana, Machiavello (primo del otro Machiavello ), Mac Lennan, Tajes, el inolvidable Fermín Rojas alias Juan Chichizola, llegando al día de hoy a la cifra de 843,196 ciudadanos, Ahora, si únicamente contamos a los vivos son 240. ¡Cómo! Perdón, 239 Rivas Zuchelli, que era un ávido lector, estaba disfrutando del libro “Jack” de Alfonso Daudet cuando en sus hojas vio impresa la frase “Parva Domus Magna Quies”. Encantado, tomó un carbón del brasero que por suerte estaba apagado y escribió esa frase sobre la puerta del cuarto N°.4. Nos gustaría decir, escribió sobre el frontispicio, pero realmente fue sobre dos o tres filas de ladrillos de campo, Al atardecer, Achinelli regresó de pescar, con un humor de perros, había ensayado toda la semana extendiendo los brazos para poder contar a los demás el tamaño de las presas que había capturado, y no logró ni una lata aunque no tuviera sardinas; así que, cuando vio la inscripción, la borró. Cuenta la tradición, que casi se transforma en tradición, que uno escribiera y otro borrara ya que eso se repitió varias veces. Un día, dos curas pasaron por allí, tal vez en un intento de evangelizar, aunque podemos decir sin éxito, a los aborígenes; que vieron lo frase Parva Domus Magna Quies y la tradujeron así: Casa Chica Gran Reposo. Enterado Achinelli de su significado, le pareció que era profundamente adecuado al sentimiento que los unía, con gran alegría ahora él mandó escribir la frase, ya no con carbón sino con pintura y, por suerte, Rivas Zuchelli, no la hizo borrar. Después vino la bandera. Achinelli sabiendo que en la Sociedad había compañeros blancos y colorados, y que a pesar de ello, allí se trataban como hermanos, diseñó una bandera que tuviera fondo blanco por la pureza, franjas azules por el mar que los rodea y letras rojas por ser el primer color del espectro solar de la Patria; entregándoselo a Gerónimo Machiavello, alias Guirumín, el que la mandó confeccionar. Un 25 de Agosto a las 4 de la mañana, vacas, carneros y el viejo toro Martín muy allegado a los parvenses, acompañaron a veintitantos amigos a izarla por primera vez en un mástil que con ese fin se colocó delante del caserío. La Parva crecía, se arrendaron todos los demás cuartos y tirando paredes obtuvieron un largo espacio para dar cabida a un grupo que cada vez era mayor. Toda República debe tener su Himno. El Maestro Luis Longhider compuso la música de la Marcha Parva Domus y Fermín Rojas escribió su letra, la cual fue cantada por primera vez por el tenor José Oxilia. Letra que reunía los ideales parvenses: Viva Parva Domus/ Viva la alegría/ Gloria a la famosa/ Mansión de la alegría/ Grandioso fue aquel día/ Que impusiste la igualdad/ Ostentas majestuosa/ un cetro refulgente/tu faz habla sonriente/ De placer y de amistad. Se nombró un Director de Bellas Artes, que no podía ser otro que el conocido pintor milanés Gino Pagano, de cuyas maravillosas caricaturas de los primeros ciudadanos y de otros cuadros , están llenas las paredes del actual edificio. Federico Brunel, famoso fotógrafo, se transformó en el chasirete oficial de la República. Se creó un Museo que guarda centenares de piezas entre las que se encuentra el Mascarón de Proa de la Cañonera Gral. Rivera construído en la Escuela de Artes y Oficios e invalorables recuerdos de aquellos que compartieron una Tenida Parvense A título de ejemplo: Rubén Darío que deleitó con algunas de sus inolvidables páginas, Juan Zorrilla de San Martín, el Dr. Irureta Goyena, Eduardo Rodriguez Larreta, Isidoro de María, de cantantes podríamos mencionar al gran barítono español Ramón Novares, a Mazzini, Garbin, Tamagno, Signoretti, De Lucía, Gabrielesco, Mozzi, Mariaccher, Maristany, Cámera, San Marcos, Menotti, Marchetti, Bottero, Angelini, Russomano, Spolverini, Barba, Pollero y otros, dentro de los profesores de Música se puede mencionar a Mascheroni, Longhieder, alguien que no necesita presentación TOSCANINI, Garibaldi, Sambucetti, Bassi, FABINI, GRASSO Dalmiro Costa, Mugnone ,Brindis de Sala, Gubitosi, entre otros y artistas dramáticos como Novelli, Salvini, Zacconi, Rugón , Mesa, Grasso (con su Pericón Nacional), Recober, Borrás, Masi, Falconi, Ruggieri, Carini, Garavaglia, , Algunos mucho más cercanos como Santiago Luz de cuyo clarinete la Parva es custodio, de César Zagnoli con sus Nostalgias Parvenses uno de sus últimos trabajos; hasta los actuales José Luis Pomi y el “Ciruja” Montero excelentes tenor y barítono respectivamente. Una prohibición es recordada en varios de los salones del edificio; no se puede hablar de política o de religión. A raíz de esto veamos una de las tantas anécdotas; en la República Vecina ; hacía mucho que se habían dejado de escuchar las palabras y sólo se oían los disparos de los fusiles cuando, un 22 de Agosto de 1896, se realizó una Tenida Magna Extraordinaria con motivo de haber recibido la P.D.M.Q. medalla de oro en Argentina concedida por la Sociedad Recreativa La Colmena con motivo de un encuentro humorístico.

Detalles Técnicos:

Fecha de emisión: 15/8/2003
Código: 2003-28-C
Valor: 14 (pesos uruguayos)
Tirada: 15000
Composición de Texto: Julio Russi

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